martes, 14 de octubre de 2008

FOTOS Y BIOGRAFIA DEL PAPA JUAN PABLO II





























































































































































































































































































































Juan Pablo II

264.º Papa de la Iglesia Católica
16 de octubre de 19782 de abril de 2005(26 años, 5 meses, 17 días)
Ordenación
1 de noviembre de 1946 porAdam Stefan Sapieha
Consagración episcopal
28 de septiembre de 1958 porEugeniusz Baziak
Secretario
Stanisław Dziwisz
Predecesor
Siervo de DiosJuan Pablo I
Sucesor
Benedicto XVI
Cardenales nombrados
Véase categoría
Nombre
Karol Józef Wojtyła
Nacimiento
Wadowice, Polonia,18 de mayo de 1920
Fallecimiento
Ciudad del Vaticano,2 de abril de 2005 (84 años)

Totus tuus, Maria, ego sum
Juan Pablo II (latín: Ioannes Paulus PP. II), Karol Józef Wojtyła (n. Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920 - † Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005). Papa de la Iglesia Católica, Monarca y Soberano de la Ciudad del Vaticano entre 1978 y 2005. Anteriormente, había sido Obispo auxiliar (desde 1958) y Arzobispo de Cracovia (desde 1962). Papa número 264 de la Iglesia católica.[1] Es el primer papa polaco en la historia, y uno de los pocos en los últimos siglos que no nacieron en Italia.
Su pontificado de 26 años ha sido el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, después del de San Pedro (se cree que entre 34 y 37 años) y el de Pío IX (31 años).
En 1981, mientras saludaba a los fieles en la Plaza de San Pedro, Juan Pablo II sufrió un atentado contra su vida perpetrado por Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia desde la multitud. Meses después, fue perdonado públicamente.
Su salud se quebrantó en los primeros meses de 2005, cuando tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias.
Falleció el día 2 de abril de 2005 a las 21.37 horas (hora de Italia). Pocos minutos después Monseñor Leonardo Sandri dió la noticia a los peregrinos que llenaban la Plaza de San Pedro y al mundo entero. Sus últimas palabras fueron ¡Amén!. Previamente la muerte fue comprobada primero por el Cardenal Camarlengo, Cardenal Eduardo Martínez Somalo. El Camarlengo comunicó la muerte al Cardenal Camillo Ruini, como “Vicario para la Urbe” y el Cardenal Decano del Colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, informó oficialmente a todos los Cardenales convocándoles al Cónclave,[2] al declararse la Sede Vacante.


Biografía


Karol Wojtyla (nombre real de Juan Pablo II) nació el 12 de mayo de 1920 en Wadowice, un pueblo de Polonia cercano a Cracovia. Su familia vivía en una casa sencilla junto a a iglesia del pueblo.

Infancia y juventud
Era el menor de los dos hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los "cánticos a Dios". Cuando Karol aún era muy pequeño su madre le decía a otras mujeres: "Verán que mi pequeño Karol será una gran persona". Su madre falleció cuando el tenia nueve años (en el año 1929). Su hermano mayor, Edmund, que era médico, murió en 1932, por contagio de una enfermedad cuando curo a un humilde hombre. Junto con su padre se traslado e Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad de Jagellonica ;su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941, durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi, su padre siempre lo guió en el camino de la fe y el amor por los semejantes.
Al terminar sus estudios de educación media, una época en la que destacó como consumado ajedrecista (llegando a proclamarse vencedor en varios campeonatos estudiantiles), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y también en una escuela de teatro. Cuando las fuerzas de ocupación alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar ser deportado a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia. En esa época, se unió al grupo del célebre actor polaco Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro Rapsódico, con el cual interpretó papeles de contenido patriótico.


También participó en la resistencia contra Alemania, para ayudar a salvar a familias judías. Posteriormente, su situación se complicó en Polonia y debió refugiarse en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.
Importante para su crecimiento espiritual fue la persona de un sastre, Jan Tyranowski, quien le dio a leer a San Juan de la Cruz. Se conocieron en 1940; Tyranowski reunía a un grupo de jóvenes.
Uno de los sitios donde mas le gustaba ir a rezar y descansar era Kalwaria Zebrzydowska.
Educación pastoral
En 1942 ingresó en el seminario clandestino que había fundado Monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. Fue ordenado como sacerdote el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal.
Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo Angelicum, obteniendo el doctorado en Teología con la tesis El acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz.
En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowic, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellonica. El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad.
Era muy popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursiones, cosa que no era común en esos tiempos y podía llamar la atención de las autoridades policiales.
Nombrado profesor de Teología Moral y Ética Social del seminario metropolitano de Cracovia, el día 1 de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublín, en la que dos años después fue nombrado director de dicha Cátedra.
Obispo en Polonia
El 4 de julio de 1958, el Papa Pío XII le nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Eugeniusz Baziak.
A partir del 11 de octubre de 1962, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II, destacando sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa. El 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos. En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Cracovia. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con 47 años de edad.
Pontificado


El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I, tras un pontificado de apenas 33 días, y el 16 de octubre de 1978, tras dos días de deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro, adoptando el nombre de Juan Pablo II, y convirtiéndose, con 58 años, en el Papa más joven del siglo y en el primero no italiano desde el holandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.
El 25 de enero de 1979 comenzó el primero de sus 104 viajes fuera de Italia, a República Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en Francia.
Juan Pablo II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del mundo contemporáneo. Ello en cinco direcciones:
Nueva evangelización: mediante una renovación de la fidelidad a la persona de Jesús de Nazareth y su mensaje de amor universal, en especial hacia los marginados y desfavorecidos, anunciándolo a todos los pueblos, con gran preocupación por la descristianización de Europa.
Ecumenismo: mediante el diálogo y el encuentro con las demás iglesias cristianas y todas y cada una de las confesiones religiosas.
Compromiso ético y social: asumiendo la defensa de la dignidad de la persona y los derechos humanos, así como la promoción de la diversidad cultural de los pueblos y el impulso de la justicia social y la moral personal. Ha sido en este punto donde Juan Pablo II ha sido más discutido, al oponerse por igual a las dictaduras marxistas y al capitalismo liberal y, muy especialmente, en su condena del aborto, la contracepción y la fecundación artificial, en aras de una visión tradicional de la defensa de la vida y la familia. En este terreno Juan Pablo II ha mostrado una clara desconfianza hacia lo que consideraba una cultura de la muerte fruto de un materialismo occidental, al que veía como hedonista, relativista e insolidario.
Lucha por la paz: a través de la mediación en múltiples conflictos y la condena enérgica de la guerra y la carrera de armamentos, así como la incentivación de iniciativas de reconciliación y el combate de las desigualdades.
Rigor doctrinal: Juan Pablo II ha condenado las posiciones más extremas de la Teología de la Liberación pero ha sido más contundente con el ala más conservadora del catolicismo al excomulgar a monseñor Marcel Lefebvre y desautorizar su movimiento. Juan Pablo II ha dado reconocimiento a teólogos en su día sancionados o cuestionados por sus posiciones aperturistas, creándolos cardenales (Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, Yves Congar o Walter Kasper, a quien puso al frente de la acción ecuménica de la Iglesia). Sin embargo, a través de la Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por Joseph Ratzinger fue inflexible con Hans Küng, ya condenado por Pablo VI, Bernhard Häring o Leonardo Boff, debido a sus posiciones reformistas en materia de teología dogmática y moral y su oposición al magisterio papal. Juan Pablo II se ha mostrado desfavorable a dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar, al matrimonio de los sacerdotes y a la ordenación de las mujeres.
A lo largo de sus casi 27 años de pontificado nombró a un total de 232 cardenales.
Como Papa, Wojtyła impuso un estilo desusado al desechar la silla gestatoria usada por sus antecesores para mostrarse en público, se puso a nivel de la calle y de las multitudes, mostrando sus simpatías por niños y adolescentes. Debido a sus múltiples viajes al extranjero fue conocido entre los medios católicos, en particular en América Latina, como «el atleta de Dios», «el caminante del Evangelio» o el «Papa peregrino».[3]
Durante su prolongado mandato, Juan Pablo II superó numerosas marcas: no sólo fue el pontífice más viajero hasta el momento, sino también el que proclamó más santos y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años anteriores).
Antes de ser elegido Papa, Wojtyła, poeta, filósofo y dramaturgo, había escrito la obra teatral El taller del orfebre,[4] convertida en ópera rock y siendo presentada en España en los inicios de los años 1980.
Desde el atentado sufrido el 13 de mayo de 1981 comenzó a sufrir diversos problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció luego un cáncer de intestino, la fractura del fémur y de un hombro, y, desde los años 1990, tuvo que sobrellevar la enfermedad de parkinson, de origen genético.
Esto no impidió que, a fines de los años 80, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se producían en el entonces bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída de los regímenes de Europa del Este, según coinciden numerosos historiadores.


Juan Pablo II durante un discurso en 2004, con 84 años
En noviembre de 1985, como consecuencia de la tragedia de Armero en Tolima, Colombia, Juan Pablo II visito este país y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25.000 muertos de esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual murieron 80 personas (o incluso más).
Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Iraq.[5] En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un enfrentamiento.
Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo Marcel Lefebvre (1988). Este año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria), siendo la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y oraba en su interior.
Asimismo, figuran el primer encuentro de un Papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Año Santo de 1983, a partir del cual creó las Jornadas Mundiales de la Juventud,[6] celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires, Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila, Czestochowa (Polonia), París y Toronto (Canadá) en 2002.
También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov,[7] en diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia Católica en los países europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.[8]
Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino[9] (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica[10] (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.
Su gran deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el Jubileo del 2000.[11] En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa.[12] Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.


Juan Pablo II en el 2004
Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales del pueblo palestino[13] y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994,[14] ofició misa en la Plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.
Cabe reconocer que también pidió perdón[15] [16] por las injusticias cometidas por parte del Vaticano de la época en contra del célebre científico italiano Galileo Galilei (1564 - 1642) a quien la Inquisición le hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.[17]
Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la Iglesia Católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia Católica china a la Santa Sede, además de haber conflictos con el Vaticano a causa de su reconocimiento de Taiwán desde 1949.
Muerte


Su funeral
Al ser anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación en el Vaticano se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así permanecieron.
Su muerte se produjo a las 21:37 hora de Italia del 2 de abril de 2005 debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de parkinson. Tenía 84 años. En su agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía:
"Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. A la Virgen confío todo felizmente". Aunque el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valls afirmó inicialmente que el pontífice, en sus últimos momentos, dedicó unas palabras a la multitud, sobre todo gente joven, reunida en la Plaza de San Pedro (Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme, les doy las gracias), haciendo el gesto de la bendición hacia la ventana de sus aposentos, hacia los fieles apostados en la Plaza de San Pedro, el médico que certificó la muerte ha señalado que el Papa permaneció inconsciente durante los últimos cincuenta minutos de su vida y que murió sin pronunciar una sola palabra.


Exposición de los restos mortales de Juan Pablo II, 5 de abril de 2005.
Los funerales por el Papa manifestaron el alto aprecio que sentían por Juan Pablo II no sólo mandatarios de muchos países,[18] sino también gente de toda condición. Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el saludo entre los mandatarios de Irán y Siria e Israel.[19] De aquellos días comentó Benedicto XVI poco después del conclave que resultó en su elección: "La muerte del Santo Padre Juan Pablo II y los días sucesivos han sido para la Iglesia y para el mundo entero un tiempo extraordinario de gracia. El gran dolor por su fallecimiento y la sensación de vacío que ha dejado en todos se han mitigado gracias a la acción de Cristo resucitado, que se ha manifestado durante muchos días en la multitudinaria oleada de fe, de amor y de solidaridad espiritual que culminó en sus exequias solemnes. Podemos decir que el funeral de Juan Pablo II fue una experiencia realmente extraordinaria, en la que, de alguna manera, se percibió el poder de Dios".[20]
El 2 de abril de 2006, primer aniversario de su muerte, el Papa Benedicto XVI dirigió unas palabras en el momento exacto de la muerte de su predecesor (21:37 hora de Roma) y al día siguiente ofició una misa en la Plaza de San Pedro.
Juan Pablo Magno
Después de su muerte, muchos católicos, desde el cardenal británico Cormac Murphy-O'Connor hasta periódicos italianos como L'Osservatore Romano, o su sucesor Benedicto XVI se han referido a Juan Pablo II como Juan Pablo Magno. Aún no se sabe si este póstumo título se impondrá, ya que no existe ningún procedimiento formal para asignar este apelativo.
También, muchos seguidores del pontífice demandaron que fuese canonizado tan pronto como fuera posible, gritando "Santo Subito" ("Santo ya") durante los actos de exposición pública del cadáver y misas de funeral.
Su tumba, que se encuentra bajo la Basílica Vaticana junto a la de otros Pontífices, se ha convertido en lugar de peregrinación en la actualidad lo que para algunos es un signo de la concepción de santidad que el pueblo tiene sobre él. Es la más cercana a la tumba de Pedro y vecino a la de Pablo VI.
Proceso de beatificación
El 13 de mayo de 2005, el Cardenal Camillo Ruini, Vicario para la ciudad de Roma, dio formalmente por iniciado el proceso de beatificación de Juan Pablo II; para ello, Benedicto XVI concedió el 28 de abril dispensa del plazo de cinco años de espera después de la muerte requerido por el derecho canónico para iniciar el proceso de beatificación, de modo similar a como hizo el mismo Juan Pablo II con el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.
El 2 de abril de 2007, a dos años de su muerte, concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación, reuniéndose todos los testimonios sobre su vida y los presuntos milagros, destacándose el de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien dice haber sido curada por intercesión del Pontífice fallecido de la enfermedad de Parkinson a dos meses de su muerte.
En una misa que se realizó en la Plaza de San Pedro el mismo día, el Papa Benedicto XVI aseguró que el proceso va "rápidamente".[21]
Relaciones internacionales
Al inicio del pontificado de Juan Pablo II , la Santa Sede tenía relaciones diplomáticas con 84 estados. Al fallecer este Papa, las tenía con 173. Igualmente, participa como miembro pleno derecho o como observadora en varios organismos internacionales y regionales.
Las 104 visitas internacionales de Juan Pablo II han sido realizadas mayoritariamente en su doble calidad de jefe de estado y el de cabeza de la Iglesia Católica. Por ello el gesto del jefe de estado del país receptor (si es de cultura cristiana) de saludarle primero con la mano (tratándose del encuentro de dos jefes de estado) y eventualmente después con la clásica reverencia y besamanos. El primer viaje que Su Santidad Juan Pablo II hizo fue a Santo Domingo, Republica Dominicana desde donde se trasladó a México, al que el llamaba "Mexico siempre fiel", una frase que se ha vuelto inmortal. Los dos países de América Latina que más visitó, fueron México en cinco ocasiones y Brasil en cuatro.
Juan Pablo II demostró además ser un hábil diplomático, recién asumido su pontificado debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis prebélica existente entre Argentina y Chile[22] a causa de la aplicación del Laudo Arbitral dictado por la Reina Isabel II de Inglaterra referente al conflicto del Canal Beagle. En momentos en que ambas naciones tenían sus tropas desplegadas a lo largo de la frontera, existen incluso evidencias que indicarían el inicio de las operaciones militares. Juan Pablo II, aprovechando los vínculos de los militares con la Iglesia, influyó decisivamente en impedir el inicio de las hostilidades enviando al Cardenal Antonio Samoré como su representante, obteniendo la separación de las fuerzas y el inicio de un proceso de mediación que culminaría el 29 de noviembre de 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amistad[23] entre ambos países.
Fue un extraordinario políglota, ya que no sólo llegó a dominar el polaco, esperanto, griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán, sino que también tuvo suficientes conocimientos del checo, lituano, ruso y húngaro, además tenía conocimientos de japonés, tagalo y varias lenguas africanas. Gran deportista en su juventud, llegó a adelantar su ceremonia de entronización como Papa para no interferir con un partido de fútbol que tenían previsto emitir por televisión[cita requerida].
Ha sido el primer Papa en hacer uso intensivo de los medios de comunicación y, en especial, de Internet para hacer llegar su mensaje, además de tener acercamientos con líderes de religiones tales como la judía, musulmana, ortodoxa y tibetana (a través del Dalai Lama), entre otras.
Resonancia de su Pontificado
En los últimos días de su vida y tras su muerte, son muchos los logros de este Papa que se han destacado. Respecto de la política mundial, poco antes de su muerte, la BBC comentó, refiriendo una significativa toma de postura de Mijail Gorbachov: "El Papa -le dijo Gorbachov entonces a su esposa Raisa- es la autoridad moral más importante del mundo y es eslavo". El entendimiento entre ambas personalidades sin duda facilitó el camino hacia la democracia en el bloque oriental".[24] En palabras del General Wojciech Jaruzelski, último mandatario en la Polonia comunista, la visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el "detonador" de los cambios.[25] Con ocasión de su fallecimiento, el Presidente del Parlamento Europeo, el socialista Josep Borrell, escribía: "Me inclino con respeto ante la memoria de esa gran personalidad que ha marcado de forma determinante la historia del último cuarto de siglo. (...) Imponía el respeto por la claridad de sus opiniones y por la sinceridad de sus continuos esfuerzos en favor de la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y de los derechos humanos. Nadie olvidará sus gestos de apertura y diálogo dirigidos a los representantes de las demás religiones, particularmente durante los encuentros de Asís. La historia recordará el determinante empeño de Juan Pablo II en la reconducción de los Estados de Europa Central y Oriental hacia la democracia y la libertad. Recordará, asimismo, su actividad, a menudo discreta pero decidida, en favor del diálogo entre los pueblos y los Estados en conflicto y por la reanudación de las negociaciones entre los Estados de Oriente Próximo".[26] El Canciller alemán, Gerhard Schröder, declaraba que el Papa había «influido en la integración pacífica de Europa de muchas formas. Por sus esfuerzos y por su impresionante personalidad, ha cambiado nuestro mundo».[27]
Se destaca también su empeño en pro de los derechos humanos: "Su empeño como Pontífice fue no sólo el difundir el Evangelio, sino el transformar el Papado romano en el portavoz de los derechos humanos" - indica un artículo de la CNN citando a Marco Politi, autor del libro "His Holiness".[28]
El balance de su vida, desde un punto de vista religioso y personal, lo trazó el entonces Cardenal Ratzinger -luego Benedicto XVI- en el funeral por Juan Pablo II: "«Sígueme», dice el Señor resucitado a Pedro, como su última palabra a este discípulo elegido para apacentar a sus ovejas. «Sígueme», esta palabra lapidaria de Cristo puede considerarse la llave para comprender el mensaje que viene de la vida de nuestro llorado y amado Papa Juan Pablo II".[29]
Pensamientos (de sus encíclicas)
Dios
Si algunos teólogos afirman que la misericordia es el más grande entre los atributos y las perfecciones de Dios, la Biblia, la Tradición y toda la vida de fe del Pueblo de Dios dan testimonios exhaustivos de ello. (...). La Iglesia profesa la misericordia de Dios (Encíclica Dives in misericordia).
Jesucristo
El redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia. (...) La única orientación del espíritu, la única dirección del entendimiento, de la voluntad y del corazón es para nosotros ésta: hacia Cristo, Redentor del hombre; hacia Cristo, Redentor del mundo. A Él nosotros queremos mirar, porque sólo en Él, Hijo de Dios, hay salvación. (...) En Cristo y por Cristo, Dios se ha revelado plenamente a la humanidad y se ha acercado definitivamente a ella y, al mismo tiempo, en Cristo y por Cristo, el hombre ha conseguido plena conciencia de su dignidad, de su elevación, del valor transcendental de la propia humanidad, del sentido de su existencia (Encíclica Redemptor hominis)
La Salvación
La universalidad de la salvación no significa que se conceda solamente a los que, de modo explícito, creen en Cristo y entraron en la Iglesia. Si es destinada a todos, la salvación en verdad debe de estar a disposición de todos (Encíclica Redemptoris missio)
Sentido de la vida
El sentido más verdadero y profundo de la vida es un don que se realiza al darse (Encíclica Evangelium vitae)
Moral cristiana
La vida moral se presenta como la respuesta debida a las iniciativas gratuitas que el amor de Dios multiplica a favor del hombre. Es una respuesta de amor (Encíclica Veritatis Splendor)
No debe buscarse ninguna recompensa mayor que el amor mismo (Encíclica Veritatis Splendor)
El amor y la vida según el Evangelio no pueden proponerse ante todo bajo la categoría de precepto, porque lo que exigen supera las fuerzas del hombre. Solo son posibles como fruto de un don de Dios que sana, cura y transforma el corazón del hombre por medio de su gracia (Encíclica Veritatis Splendor)
El amor es también el único criterio según el cual todo debe hacerse y no hacerse, cambiarse y no cambiarse. Es el principio que debe dirigir toda acción y el fin al que debe tender. Actuando con amor o inspirados por el amor, nada es disconforme y todo es bueno (Encíclica Redemptoris missio)
Amor
"El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa de él vivamente. El amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el mas fuerte de todos."(Encíclica Redemptor hominis)
Sexualidad
El cuerpo ya no se considera como realidad típicamente personal, signo y lugar de relaciones con los demás, con Dios y con el mundo. Se reduce a pura materialidad: está compuesto por órganos, funciones y energías que hay que usar según criterios de mero goce y eficiencia. Por lo tanto, la sexualidad se despersonaliza y se instrumentaliza: de signo, lugar y lenguaje del amor, es decir, del don de sí mismo y de la acogida del otro según la riqueza de la persona, pasa cada vez más a ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de la satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos (Encíclica Evangelium vitae)
Perdón
A la luz de la fe, la solidaridad tiende a superarse a sí misma, al revestirse de las dimensiones específicamente cristianas de gratuidad total, perdón y reconciliación...Por tanto el prójimo debe ser amado, aunque sea enemigo, con el mismo amor con que le ama el Señor, y por él se debe estar dispuestos al sacrificio, incluso extremo: dar la vida por los hermanos (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Aborto
No raramente la mujer está sometida a presiones tan fuertes que se siente obligada psicológicamente a ceder al aborto; no hay duda de que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a los que directa e indirectamente la forzaron a abortar (Encíclica Evangelium vitae)
Eutanasia
Cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían una prolongación precaria y penosa de la existencia
Ya Pío XII afirmaba que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida (Encíclica Evangelium vitae)
Ecología
En la raíz de la insensata destrucción del medio natural hay un error antropológico por desgracia muy difundido en nuestro tiempo...el hombre cree que puede disponer arbitrariamente de la tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad como si ella no tuviese una fisonomía propia (Encíclica Centessimus Annus)
Pena de muerte
Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo es su garante (Encíclica Evangelium vitae)
La guerra
¡No matéis! ¡No preparéis a los hombres destrucción y exterminio! ¡Pensad en vuestros hermanos que sufren hambre y miseria! ¡Respetad la libertad y dignidad de cada uno! (Encíclica Redemptor hominis)
¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y transtorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí un rastro de rencores y odio, y hace más difícil la solución de los problemas que la provocaron (Encíclica Centessimus annus)
Satán
El espíritu de las tinieblas es capaz de mostrar a Dios como enemigo de la propia criatura y, ante todo como enemigo del hombre, como fuente de peligro y amenaza para el hombre. De este modo, Satán injerta en el ánimo del hombre el germen de la oposición de aquel que desde el principio debe ser considerado como enemigo del hombre y no como Padre (Encíclica Dominum et vivificantem)
El pecado
Ningún pecado del hombre puede cancelar la misericordia de Dios (Encíclica Veritatis splendor)
Diálogo
El interlocutor debe ser coherente con las propias tradiciones y convicciones religiosas y abierto para comprender las del otro, sin disimular o cerrarse, sino con una actitud de verdad, humildad y lealtad, sabiendo que el diálogo puede enriquecer a cada uno (Encíclica Redemptoris missio)
La libertad
La Iglesia se dirige al hombre en pleno respeto a su libertad; propone, no impone nada: respeta las personas y las culturas, y se detiene ante el sagrario de la conciencia (Encíclica Redemptoris missio)
Pluralismo
El pluralismo es fruto del empuje dinámico del mismo Espíritu (Encíclica Redemptoris missio)
Familia
La familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer esposos, de los padres y de los hijos, de los parientes. Su primer cometido es vivir fielmente la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar una auténtica comunidad de personas. El principio interior, la fuerza permanente y la meta última de tal cometido es el amor. (Exhortación apostólica Familiaris Consortio)
Fe y razón
La Fe no teme a la Razón. Estas son como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerlo a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo. (Fides et ratio, Introducción)
Sobre cuestiones sociales
Existe el derecho común de todos a usar los bienes de la entera creación. Es inaceptable la postura del rígido capitalismo que defiende el derecho exclusivo a la propiedad privada de los medios de producción como un dogma intocable en la vida económica (Encíclica Laborem exercens)
La Iglesia asume una actitud crítica tanto ante el capitalismo liberal como ante el colectivismo marxista (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Si la producción de armas es un grave desorden que reina en el mundo actual respecto de las verdaderas necesidades de los hombres y el uso de los medios adecuados para satisfacerlas, no lo es menos el comercio de las mismas. Más aún, a propósito de esto, es preciso añadir que el juicio moral es aún más severo (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
La conciencia de la que hablamos no se refiere solamente a los individuos, sino también a las naciones y a los pueblos, los cuales, como entidades con una determinada identidad cultural, son particularmente sensibles a la conservación, libre gestión y promoción de su propio patrimonio (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Es necesario el pleno respeto a la dignidad de cada pueblo, con sus características históricas y culturales (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Otras naciones necesitan reformar algunas estructuras y, en particular, sus instituciones políticas, para sustituír regímenes corrompidos, dictatoriales o autoritarios, por otros democráticos y participativos (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Occidente parece inclinarse a unas formas de aislamiento creciente y egoísta (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
Deseo llamar la atención...basta con mirar la realidad de la multitud ingente de hombres y mujeres, niños, adultos y ancianos; en una palabra, personas concretas e irrepetibles que sufren el peso intolerable de la miseria (Encíclica Sollicitudo rei socialis)
No se trata solamente de dar lo superfluo, sino de ayudar a pueblos enteros -que están excluídos y marginados- a que entren en el círculo del desarrollo económico y humano. Esto será posible no sólo utilizando lo superfluo, que nuestro mundo produce en abundancia, sino cambiando sobre todo los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad (Encíclica Centessimus annus)
Es necesario que los Dirigentes de las Organizaciones Económicas, Sociales, Políticas y Religiosas (de todo el mundo) comprendan mas la necesidad de una radical renovación personal y social capaz de asegurar justicia, solidaridad, honestidad y transparencia. (párrafo 98, de la Enciclica "Veritatis Splendor)
Controversias durante el Pontificado de Juan Pablo II
Como toda gran personalidad, el Papa Juan Pablo II afrontó durante su pontificado y también tras su muerte diferentes controversias tanto a nivel interno de la Iglesia como en el encuentro con el mundo de hoy. Entre estas controversias la más célebres fueron:
Algunos grupos clamaban por un tipo de democratización de la Iglesia, posición que contesta el carácter absolutista del gobierno de la misma[cita requerida]. Sin embargo, el proceso de la iglesia a su interior no representa por si mismo una democracia, sino un sometimiento al carácter de la misma. Por lo tanto, la iglesia y sus miembros se unen a la misión que prometen al ordenarse sacerdotes. Toda visión contraria representa un acto de divisinismo y ruptura, ante la esencia de la misión que se toma por voluntad propia[cita requerida].
Durante su pontificado, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger (actual Benedicto XVI) prohibió la enseñanza a teólogos católicos como Leonardo Boff, dentro de un exitoso movimiento para aislar y neutralizar a los promotores de la Teología de la Liberación en América Latina, o Hans Küng, uno de los más destacados teólogos católicos etiquetados como "progresistas". Los extensos y trabajados documentos de la Congregación destacan aquellos puntos que son incompatibles con la doctrina católica.[30]
Otras críticas internas provienen de los sectores más tradicionales, especialmente debido a la excomunión del obispo francés Marcel Lefebvre, líder del movimiento tradicionalista conocido como la Fraternidad de San Pío X, el 2 de julio de 1988, quien consagró a cuatro obispos sin autorización. Motivo del cisma, claro está, es en resumidas cuentas el Concilio Vaticano II, puesto que hubo muchos cambios con los que Lefebvre estuvo en desacuerdo por haber "alterado" la Tradición Apostólica de la Iglesia (el rito de la Misa y los sacramentos, por ejemplo)
Juan Pablo II se mantuvo fiel a las normas de moral sexual emanadas de la encíclica Humanae Vitae (promulgada por Pablo VI en 1968), lo cual ha sido criticado por algunos sectores católicos y condenó también el uso de anticonceptivos.[31] Dicha posición le atrajo duras críticas de sectores que ven a la misma como un obstáculo para la lucha y la prevención de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA y el control de la natalidad en países en vías de desarrollo, especialmente. Sin embargo, dentro de sus principios éticos dio explicaciones profundas a este problema[cita requerida], y señaló las fallas de la politica para limitar los problemas que aquejan al mundo, con lo cual se toma ya por hecho que nada puede cambiar en este mundo, y que la dignidad de hombres y mujeres no es ya más que una ilusión, para aquellos que deberían impulsar la capacidad constructiva del ser humano.
Su oposición a relajar las exigencias de celibato de los sacerdotes, especialmente después de las presiones de muchos grupos ante los escándalos de algunos ministros en diferentes países. Lo cual vuelve a la misma crítica interna, nadie es obligado a tomar este juramento, y la iglesia no se cierra, ni es exclusiva de los sacerdotes; sino que incluye a quienes libremente crean sociedades ajenas a la iglesia, con lo que se respeta a aquellos que hacen de su vida un proyecto de ayuda a sus semenajantes. Dando así como resultado, que hombres y mujeres practiquen su fe sin formar parte obligada de un dogma.
La posición de la mujer dentro de la Iglesia Católica: En su vertiente doctrinal ha reafirmado la doctrina católica de que la mujer no puede ser ordenada sacerdote[32] y en su vertiente administrativa y de gobierno, la estructura de la Iglesia, formada íntegramente por hombres ordenados, no tiene a ninguna mujer en ningún puesto relevante. Paradójicamente y pese a la confirmación de esta antigua tradición, el pontificado de Juan Pablo II es el que más avances ha tenido en cuanto a la posición de la mujer en la Iglesia Católica. Algunas mujeres llegaron incluso a representar a la Iglesia Católica a modo oficial en conferencias internacionales. Fue además el primer Papa de la historia que escribió un documento extenso dedicado a la mujer, la Carta Apóstolica "Dignidad de la Mujer" en donde se puede leer: "En el Año Mariano la Iglesia desea dar gracias a la Santísima Trinidad por el «misterio de la mujer» y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las «maravillas de Dios», que en la historia de la humanidad se han cumplido en ella y por medio de ella. En definitiva, ¿no se ha obrado en ella y por medio de ella lo más grande que existe en la historia del hombre sobre la tierra, es decir, el acontecimiento de que Dios mismo se ha hecho hombre?"[33]
El carácter ecuménico del pontífice: Aunque la Iglesia Católica adelanta los diálogos ecuménicos con las diferentes iglesias, en el caso de las iglesias protestantes no reconoce todavía a sus ministros ni a sus celebraciones eucarísticas como válidas. Sin embargo, el bautismo de las iglesias protestantes es válido en virtud del antiguo credo ecuménico "un sólo bautismo". Los partidarios de Juan Pablo II, por su parte, reconocen los enormes avances que ha habido en este campo en su pontificado y la correspondencia entre más de 400 años de separación de la Reforma Protestante y un proceso de diálogo comenzado abiertamente durante el Concilio Vaticano II a tan solo menos de 50 años.
Intento de la Iglesia Católica de imponer sus opciones morales en el ámbito civil: Los críticos expresan que en materia de asuntos relacionados con la moral sexual, como la oposición a la anticoncepción, al matrimonio entre personas del mismo sexo, la experimentación con carácter terapéutico con células madre, el aborto y la eutanasia, entre otros, es una interferencia de la Iglesia en el terreno de lo civil. A través de las conferencias episcopales o mediante la participación de la Santa Sede en numerosos organismos y conferencias internacionales, la Iglesia intenta incidir en la legislación a la que considera en contra de la naturaleza humana. Por su parte, la Iglesia, que confirma el principio de libre determinación de los pueblos, acude al derecho de participación democrática como otro sujeto social más con derecho a disentir. Por otra parte, el principal interlocutor de la doctrina y los dogmas de la Iglesia es el creyente y si bien la Iglesia y las iglesias consideran su mensaje moral de carácter universal por estar basado en la dignidad humana, el no creyente viene respetado en su libre albedrío, tal como viene expresado en el Magisterio de la Iglesia del cual Juan Pablo II no se apartó.[34]
También fue criticado por visitar países de gobierno dictatorial, como Chile bajo la dictadura de Pinochet o la Cuba de Fidel Castro, o por haber apoyado la labor del nuncio en Argentina durante la dictadura militar, Pío Laghi, que, según los defensores de los derechos humanos[cita requerida] en Argentina, apoyó tácitamente la represión llevada a cabo por los militares. Al tiempo que esto ocurría, Juan Pablo II criticó públicamente[cita requerida], durante su visita a Nicaragua en 1983 a Ernesto Cardenal, por ocupar un cargo en el Gobierno Sandinista, como ministro de educación del régimen que había que había derrocado la dictadura de Somoza en 1979. Estos incidentes fueron presentados por sus detractores como un alineamiento del papado con las dictaduras militares latinoamericanas. Sin embargo, para otros sectores, visitas como la Cuba en 1998, constituyeron un intento del Papa por abrir la dureza de los regímenes, como hizo en Polonia, su propio país. Y que nunca limito sus discursos señalando la situación en la que vivian las víctimas de los "gobiernos manchados de sangre"
Ha sido también criticado por su excesiva proyección externa y su supuesta obsesión por las ceremonias multitudinarias, con la consiguiente presencia en medios de comunicación. Ello habría contribuido a trivializar la figura del Papa, hasta el punto de que diversos ambientes católicos le acusan de haber convertido a la Iglesia en un "parque temático" y no en el lugar de espiritualidad profunda que debería ser[cita requerida]. El propio Juan Pablo II, sin embargo, solía justificar sus viajes por la oportunidad de hacer presente la doctrina de la Iglesia en todas partes;[35] muchas veces -afirman sus partidarios - su viaje ha sido ocasión de dar a conocer al mundo grandes injusticias que de otro modo habrían quedado oscurecidas, como las graves violaciones a la libertad y los derechos humanos en la Europa Oriental de entonces o los barrios de favelas en Brasil o el atraso económico de tantos países de África.
Algunos datos de su Pontificado
Tercer pontificado más largo de la historia.
3 libros escritos.
6 sínodos de obispos realizados.
6 hospitalizaciones.
9 consistorios.
11 constituciones apostólicas.
14 encíclicas.
14 exhortaciones apostólicas.
28 motu proprio.
52 ceremonias de canonización.
77 matrimonios comunitarios celebrados.
104 viajes oficiales.
129 naciones visitadas.
145 ceremonias de beatificación.
226 primeros ministros recibidos en audiencia.
232 cardenales nombrados.
274 unciones de enfermos.
300 confesiones.
301 parroquias visitadas.
321 obispos ordenados.
482 santos proclamados.
697 ciudades visitadas.
703 entrevistas con Jefes de Estado.
740 visitas a la diócesis de Roma.
1060 audiencias públicas.
1339 beatos proclamados.
1378 bautismos administrados.
1595 confirmaciones.
2125 sacerdotes ordenados.
2412 discursos pronunciados.
1.163.865 kilómetros de viaje.
El Papa Juan Pablo II redactó las 14 encíclicas siguientes (ordenadas cronológicamente y con enlace al texto completo)
Redemptor Hominis (4 de marzo de 1979)
Dives in Misericordia (30 de noviembre de 1980)
Laborem Exercens (14 de septiembre de 1981)
Slavorum Apostoli (2 de junio de 1985)
Dominum et Vivificantem (18 de mayo de 1986)
Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987)
Sollicitudo Rei Socialis (30 de diciembre de 1987)
Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990)
Centesimus Annus (1 de mayo de 1991)
Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993)
Evangelium Vitae (25 de marzo de 1995)
Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995)
Fides et Ratio (14 de septiembre de 1998)
Ecclesia de Eucharistia (17 de abril de 2003)
Libros escritos por Juan Pablo II
Mi visión del hombre: Colección de artículos sobre ética escritos antes que Wojtyła, sea elegido Papa. En la primera parte de este libro se presenta la Introducción a la ética, en donde el autor expone su opinión sobre los principales temas que afectan al hombre, como el amor, la felicidad o la justicia. La segunda parte, Ensayos de ética personalista, es una selección de escritos publicados en revistas especializadas. En estos textos Karol Wojtyła ofrece una significativa aportación para la fundación de una ética de tipo personalista y presenta al público español la escuela ética de Lublin.
Amor y responsabilidad, Razón y Fe
Signo de contradicción
Persona y acción: En el volumen de Persona y acción, la cual se convirtió en su obra filosófica más importante de Wojtyła, presenta que la acción revela a la persona, y miramos a la persona a través de su acción. La acción nos ofrece el mejor acceso para penetrar en la esencia intrínseca de la persona y nos permite conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la persona. Experimentamos al hombre en cuanto es persona, y estamos convencidos de ello porque realiza acciones. Empezar directamente por la acción, así se resolvía de raíz el problema. Era la acción humana la que desvela quién era la persona y su naturaleza dinámica y activa.
Poesías de Karol Wojtyła
Don y misterio: Este libro fue publicado el 15 de noviembre del 1996. La ocasión de la publicación de este libro que ya marca el carácter personal y retrospectivo del escritor, es debido a que se celebraba su 50 aniversario de ordenación sacerdotal. Este libro es un testimonio muy personal pero a la vez abarcador de su vocación sacerdotal: recuerdos y reflexiones, sus memorias sobre los orígenes de su sacerdocio.
¡Levantáos! ¡Vamos!: Libro publicado en mayo de 2004, a poco menos de un año de haber celebrado su vigésimo quinto aniversario como Sumo Pontífice y a los 45 años de haber sido electo Obispo, recoge sus íntimas reflexiones sobre su experiencia episcopal. Si “Don y Misterio”, reflexiones sobre su vocación sacerdotal y sus primeros años como sacerdote, complementaba la Pastores dabo vobis, sobre la formación y vida del presbítero, este libro complementa la Exhortación pos sinodal Pastores gregis sobre le ministerio del Obispo en la Iglesia del 16 de octubre de 2003. Wojtyła mismo indica que este libro fue cogiendo forma cuando escuchaba a los demás Obispos dar sus testimonios sobre el ministerio episcopal durante el Sínodo de Obispos del año 2000 celebrado en Roma. Él lo escribe para dar a conocer la grandeza del ministerio episcopal, las dificultades que conlleva y la alegría que comporta desempeñarlo fielmente. El tono de este libro es muy parecido a “Don y misterio”. Karol Wojtyła era un hombre que ponderaba lo hermoso del paso de Dios por su vida y reflexionaba en su corazón profundo y emocionado, el amor misericordioso de un Dios Padre y tierno. En este escrito, obra de un anciano físicamente inválido, se evidencia el optimismo cristiano, la esperanza de un creyente ante el misterio de una vocación dificilísima, sobre todo después del Concilio Vaticano II. Wojtyła se alegra al revivir sus experiencias muy particulares y muy polacas que las comparte porque entiende que en ellas se refleja algo de lo universal, algo que debiera resonar en cada Obispo. Hace confidencias y recorre los ríos, montañas, vecindarios, santuarios de su amadísima Polonia, rescata conversaciones con sus amigos y conocidos. Incluso delata inocentemente palabras y gestos proféticos, tales como los del Arzobispo de Cracovia que, al recibirlo como Obispo Auxiliar, dice de él: “Habemus papam”.
Memoria e identidad
Tríptico romano. Meditaciones (2003): Karol Wojtyła afronta las grandes cuestiones de la vida y de su vida, penetrando en el misterio de su elección como Papa e incluso en la de su sucesor. Tríptico Romano, Meditaciones, consta de tres partes: La primera, "Arroyo", es una contemplación mística de la naturaleza, y en esta sección del libro se destaca la belleza y la búsqueda de Dios por el hombre, que tiene que ir contra la corriente si quiere encontrar el manantial, es decir, Dios. La segunda parte, "Meditaciones sobre el libro del Génesis en el umbral de la Capilla Sixtina", es una reflexión sobre el hombre, imagen de Dios, desde la Creación hasta el Juicio Final, inspirándose en la impresionante serie de imágenes de Miguel Angel que preside el recinto, donde los cardenales se reúnen cada vez que van a elegir a un nuevo Papa. La tercera parte, "Monte en la región de Moria", se basa en la evocación de Ur de Caldea, la patria de Abraham, y la conversación entre el patriarca y su hijo Isaac, al que Abraham estuvo a punto de sacrificar en el Monte Moria, como prueba de su lealtad a Dios.
Juan Pablo II; Messori, Vittorio (2004). Cruzando el umbral de la esperanza . Nuevas Ediciones de Bolsillo. ISBN 978-84-9793-390-2.
Discografía
Juan Pablo II fue el primer Papa que recurrió a los medios fonográficos para divulgar su mensaje, bien sea en forma de discursos, oraciones (como el Rosario) y cantos gregorianos entonados por él mismo. He aquí una relación aproximada de sus grabaciones:
Año
Título
Compañía
1994
Rosary (Rosario)
Sony International
1994
Rosary (en idioma francés)
Sony International
1994
Rosary (en inglés y español)
Sony International
1994
Rosary (en idioma latín)
Sony International
1995
Rosary (en idioma portugués)
Sony International
1999
Abbà Pater
Sony International
2003
Mai Piu La Guerra
EMI Music
Documentos sobre Juan Pablo II
Discografía
Año
Título
Intérprete
Compañía
1989
Cantos Religiosos y Bendición Papal
Varios intérpretes
Orfeón Discos
1995
Papal Blessing/Ave Maria
Varios intérpretes
Gateway Records
1998
Poems From The Pope
Vittorio Gassman
Sourdough Records
1999
From Rome To América
Varios intérpretes
Sourdough Records
2000
The Gold Collection: Sings the Poetry of Pope John Paul II
Sarah Vaughn
Fine Tune














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